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HACER FOOD STYLING EN SUDAMÉRICA

Actualizado: hace 3 horas

¿Cómo crecer en una profesión tan hermosa, solitaria, en pañales y al final del mapa?.


Iniciarse en food styling, meterse en el nicho, sobrevivir y crecer. Encontrarse teniendo un estilo propio, sin copiar "demasiado", ser genuino, encontrar recursos e información en una profesión de la cual se sabe poco. A diez años de haber iniciado este camino y de haber cumplido éste marzo 46 abriles, me pregunto estas y mil cosas más. En esta nota quiero contarte cómo se vive el estilismo de alimentos en mi región y en mi país: Argentina, allá… al final del mapa.

El inicio


foodstyling backstage argentina
Backstage. Un día soleado de trabajo.

Desde pequeña, me acompaña una energía proactiva, la que mi hermano Martín, bautizó "energía de hamster".

Es esa misma energía, la que me llevó a toparme con el Food styling.

Llegué a esta profesión, por necesidad, hace casi 11 años. En aquel momento tenía un emprendimiento de pastelería en el oeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina.

Como cualquier negocio, tuvimos la necesidad de generar imágenes de nuestros productos.

Era 2010. Instagram ya existía, pero lo nuestro era apenas Facebook. Con mi Nikon D3100 (que todavía guardo en el placard) empecé a generar “contenido”, aunque todavía no existía ni la figura del creador de contenido.

El resultado no fue lo que esperábamos: las fotos no lograban transmitir lo profesional que queríamos mostrar. Ese mismo año una de las pioneras del food en Argentina comenzó a dar capacitaciones… y ahí fui, con mi energía de hámster, a tomar mi primer curso. Lo que vino después ya lo conocen: un camino solo de ida y ascendente.


El lado B de ser estilista de alimentos

Pasaron 10 años desde que inicie y más allá de especializarme en una profesión e ir encontrando un estilo, hubo infinidad de aprendizajes humanos, algo que la IA no te va a decir.

Ser estilista de alimentos implica, además de ser freelance:

  • Ser autodidacta. Animarse a recorrer un camino poco explorado, del que casi no se habla (aunque hoy hay más visibilidad, todavía falta).

  • Mejorar todo el tiempo. Estudiar, mirar a colegas de todo el mundo, seguir tendencias, sumar conocimientos de arte, props, utilería… todo suma.

  • Competir sin drama. Solo entre el 1 y el 10 % de los proyectos se ganan. Nada es personal.

  • Armar tu equipo ideal. Saber en qué proyectos brillás y con qué gente trabajás mejor.

  • Conocer fotógrafos especializados. Hacer dupla cuando se puede, entendiendo que este rubro es competitivo y lo que manda son los presupuestos.

  • Adaptarse siempre. En Argentina, además de los cambios globales, convivimos con inflación e inestabilidad económica. Flexibilidad en modo plastilina.


Cambio de época

Estamos viviendo un cambio de época laboral muy pronunciado. Yo particularmente, ya siento el cambio de generación de las pioneras del food styling tanto en Europa como en Latam....

El mundo laboral cambió y el food styling también.

  • Cuando comencé los contratos eran largos, anualizados. Hoy todo se organiza por proyectos: campañas, lanzamientos y social content.

  • Apareció un nuevo nicho: acompañar a influencers y chefs de la industria gastronómica.

  • Las agencias piden presupuestos con una o dos semanas de anticipación (¡máximo!) y las preproducciones son cada vez más vertiginosas.

  • Y ahora entra en escena la inteligencia artificial. Todavía me cuesta dimensionarla, pero ya está entre nosotros. Me recuerda cuando llegó el primer Movicom a Argentina: mi abuela Carmen, discando en su teléfono gris de mesa de luz, mientras nosotros mirábamos ese ladrillo de celular como si fuera de otro planeta. ¿Puede la IA reemplazar un oficio creativo como el food styling? Yo creo que sí. Pero la pregunta que me hago es: ¿realmente queremos que ésto suceda?.


foodstyling de una heladera
Foto sin retoque proyecto Unilever Latam

¿Qué sucede en Sudamérica con el Food styling?.


¿Qué pasa con esta profesión en nuestra región?.

Les comparto algunas ideas que me resuenan:

  • El food styling se conoce cada vez más, pero aún hay zonas grises.

  • En Argentina hay un nivel muy bueno y un volumen creciente de profesionales (sobre todo en los últimos 10 años).

  • La distancia geográfica complica la llegada presencial a otros mercados, pero al mismo tiempo el trabajo remoto nos abrió puertas en toda Latam y hasta en Europa.

  • Argentina es pionera del food styling en la región (dato que me hizo ver una colega colombiana, ¡gracias!).

  • A diferencia de Europa o EEUU, en Latam no hay representantes de estilistas: cada uno se autogestiona todo.

  • No tenemos un tarifario de referencia. Acá vivimos en inflación, así que las tarifas son flexibles, casi a medida de cada proyecto.

  • Los proyectos en Argentina, generalmente, están bajos en presupuesto. Eso, a veces obliga a recortar equipo o a cubrir más roles de los que deberíamos.


Agrego este punto, que es en referencia a los insumos.

  • En Argentina tenemos cuatro grandes obstáculos que sortear a la hora de conseguir alimentos para nuestra profesión:

-Las fluctuaciones económicas y la poco linealidad de precios.

-Las 4 estaciones climáticas y los cultivos por temporada.

-Las largas distancias del país y los pocos proveedores de cultivos cerca de nuestra zona.

-La poca variedad de productos en general, (aquí no tenemos góndolas de supermercado repletas de insumos variados, por ejemplo, conseguimos unas dos marcas de yogurt griego, imposible conseguir unas galletas Lotus o 10 marcas de jamón serrano como en España).

Vibras positivas


FOOD STYLING ECONOMA VINTAGE
FOOD STYLING VINTAGE

La gran pregunta que se harán, , ¿cómo llegar a vivir del #fOODSTYLING no solo en Latam, sino en un desafío aún mayor, en Argentina?.

Mi respuesta corta: sintiendo pasión. Pasión por ésta profesión, pasión en acompañar a marcas en su crecimiento visual y pasión en hacer crecer al food styling. Sin pasión, mejor dedicarse a otra cosa.


Mi respuesta larga, sumando estos pilares:

  • Constancia

  • Resiliencia

  • Observación

  • Adaptabilidad

  • Estrategia

Sumo un pilar que aplico a diario: soltar lo que no es posible y focalizar en lo que sí.

También recomiendo no ser una estrella, en un rubro donde hay muchas estrellas metalizadas, (sobre todo en fotografía). Comunicate con colegas, habla con ellos, hace colaboraciones, nutrite de la experiencia de otros.

Última reflexión, actualizate y animate a probar técnicas y estéticas diferentes. Hoy en día hay muchísima más libertad visual y el food styling, tal como se lo comprendía en la década de los 90, cambió, (adiós a los trucos excesivos y a trabajar con productos falsos).

El food styling, tal como lo conocemos, nació hace apenas 35 años. La mayoría venimos de la gastronomía, otra profesión llena de pasión.

Si querés saber más acerca del perfil de un estilista de alimentos, te invito a leer ésta nota.

El food styling es una profesión joven, hermosa, que necesita de todos los profesionales del área para que siga creciendo y siendo valorada.... Sobre todo aquí en Sudamérica.

¡Gracias por leerme!.

Bss,

Pau.






2 commentaires

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Mili
17 juil.

Me encantó la "energía hamster", sin duda junto a la pasión es el gran motor de esta profesion que no es nada fácil en nuestro pais! pero como siempre digo: "qué gratificante es ver lo que se logra con tantas limitaciones, nada que envidiarle a otros mercados". Hermosa y honesta nota! 🥰

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Paula Masoero
Paula Masoero
hace 3 horas
En réponse à

Gracias Mili, la pasión es ése sentimiento enorme que nos puede llevar muy lejos.❤️

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